Ene
29
Papel Pintado
El papel pintado, también conocido como empapelado o papel mural, es un tipo de papel que se utiliza en decoración principalmente en interiores, aunque existen también papeles para exteriores.
El papel pintado procede de Oriente y empezó a llegar a Europa en el siglo XVII gracias al comercio que se mantenía con aquella parte del mundo. Uno de los mejores ejemplos orientales se exhibe en la Casa Harewood del Reino Unido.
Su primer éxito se produjo con la Revolución industrial gracias al abaratamiento de su fabricación por la mecanización.
Los papeles han estado de moda en diversas épocas durante el siglo XX. A comienzos de siglo, proliferaban los motivos sencillos, habitualmente, florales. En los años 30 y 40 evolucionaron hacia dibujos geométricos. Finalmente, alcanzaron gran popularidad durante los años 60 y, sobre todo, 70 en que se distribuyeron en gran variedad de colores y diseños.
El papel pintado, atraviesa sistemáticamente por momentos de auge y de olvido. Durante un tiempo se pone de moda, luego pasa, dejando lugar a otras tendencias, hasta que con el tiempo vuelve a imponerse, pero siempre es un clásico. Este es uno de esos momentos en que el papel pintado está ocupando un lugar de privilegio en la decoración de paredes, nuevos conceptos de diseño se están redefiniendo y las nuevas propuestas de papel pintado son realmente fantásticas.
Se pueden distinguir innumerables tipos de papel pintado que se utilizan en función de las características de la estancia a decorar. Entre otros podemos nombrar el papel gofrado, vinílico, vinilizado, texturado, papel con base textil, autoadhesivo, papel pintable, murales de pared reposicionables, etc.
El papel pintado es una de esas opciones que siempre dará a las estancias o espacios decorados una vida especial y que nos permite imprimir un toque más personal.
Podemos encontrar un diseño de papel pintado para cada gusto y necesidad, desde diseños clásicos y convencionales hasta los más modernos y atrevidos, minimalistas, infantiles, geométricos, florales.
Revestir las paredes con papel pintado es un recurso sumamente interesante, pero que debe meditarse con cuidado su elección. Dado que el papel pintado implica aplicar color, diseño y textura a un espacio grande de una habitación, debemos escogerlo teniendo cuidado que este no se vuelva recargado y sature la vista.
Veamos algunas propuestas teniendo en cuenta el estampado o tipo de papel y la estancia que queremos decorar:
En habitaciones pequeñas es mejor escoger diseños delicados, sutiles, de colores fríos, de los contrarios podemos lograr un efecto que de la sensación de sofocamiento, de achicar los espacios, en cambio en habitaciones de mayor tamaño, bien iluminadas, podemos hacer apuestas más arriesgadas, con motivos más grandes, y colores más vivos, incluso oscuros.
En el recibidor que es la parte de la casa que primero va a ver cualquier visita y generalmente suelen ser pequeños las rayas son un clásico. Son elegantes, pueden dar efecto y puedes escoger el color y el ancho en función de las dimensiones del recibidor y el efecto que quieras crear.
Si las paredes son muy altas y queremos un efecto que “baje el techo”, lo mejor es colocar las rayas en horizontal. Y cuanto más anchas mejor.
Si hay poca pared y queremos dar un efecto de más anchura, lo mejor es colocar también las rayas en horizontal.
Si por el contrario, el techo es muy bajito, lo mejor es colocar las rayas en vertical y estrechas.
Los colores irán en función del espacio. Espacios reducidos, colores claros. Para espacios abiertos, mejor colores oscuros para dar sensación de recogimiento
Otra forma de aplicación del papel pintado para decorar una habitación de forma más sutil, puede ser solo aplicarlo a una pared. o aplicarlos hasta determinada altura de las paredes y el resto pintarlos de color liso que acompañe o combine con los colores del papel pintado que escogimos y así no sobrecargamos las paredes pero si les damos un toque de color y renovación. En estos casos podemos jugar también con las cenefas.
Cuando entre ventanas y puertas, casi no hay pared. Si quieres dar un aire sofisticado y que el papel luzca en todo su esplendor, lo mejor es empapelar las puertas como una continuación de la pared. Esto lo puedes hacer si las puertas son lisas, sin molduras. De esta manera creas una puerta “invisible” dejas que el estampado respire y obtienes una atmósfera muy envolvente.
Cuando tengamos puertas con molduras. Podemos aprovechar las formas geométricas que crean las molduras, para llenarlas con preciosos estampados. La puerta no va a parecer la misma.
Los muebles antiguos pueden restaurarse con papel pintado, tanto en el exterior como en el interior de los mismos. Incluso pueden realizarse cuadros combinando distintos estampados de papel pintado
Otra opción muy interesante es la decoracion de las escaleras consiguiéndose un aire mas cálido a estas zonas de transito.
En fin, como podéis observar las posibilidades son infinitas.
Deja una respuesta